en el pasillo con Tom Alvarez
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EL CONMOVEDOR CONCIERTO DE KDO ES UN ESPECTÁCULO EMOCIONANTE
1 de mayo de 2019
Lo que más gustó del "Kids Dance Outreach 2019 Event of the Year" del martes por la noche fue la asombrosa vitalidad y exuberancia de los 75 niños que participaron en el espectáculo de danza con el tema "Hold Fast to Dreams". Escenificado en el Howard Schrott Center for the Arts, en el campus de la Universidad Butler, el evento, con entradas agotadas, mostró a los jóvenes bailarines, de entre 8 y 11 años, en un programa ultra animado que celebraba el centenario del Renacimiento de Harlem.
La misión de Kids Dance Outreach (KDO), fundada en 2012 por el antiguo bailarín del Boston Ballet Michael J. Johnson, es "influir positivamente en la vida de todos los niños a través de alegres programas de danza que inspiran excelencia, instalan confianza, fomentan el trabajo en equipo y aplauden la persistencia." Atiende a 2.000 alumnos de escuelas públicas y concertadas de Indianápolis. A diferencia de un estudio de danza, la característica más importante de KDO es su accesibilidad. Las clases, impartidas por maestros y músicos, son gratuitas para todos los niños, independientemente de su capacidad, situación económica o religión.
Bailando al son de la música en directo interpretada por una banda de ocho músicos experimentados, los talentosísimos intérpretes de la KDO deslumbraron mientras ejecutaban, en algunos casos, coreografías muy complejas, muchas de ellas creadas por Johnson, la directora asociada de la KDO Monica M. Muñoz y la profesora ayudante principal Courtney Coirin.
Otras coreografías del concierto fueron creadas por Ellen Weinstein, directora artística del National Dance Institute de Nueva York. Weinstein y el fundador del NDI , Jacques d' Amboise, antiguo bailarín de ballet y leyenda del mundo de la danza, estuvieron presentes en el acto. Antes del concierto, participaron en una mesa redonda con Johnson para un público VIP. KDO se convirtió en Asociado de Indiana del Instituto Nacional de Danza en 2018, uno de una docena en el país. La asociación de KDO con NDI es toda una pluma en la gorra para Johnson y sus colegas, teniendo en cuenta el alto perfil de la organización, como lo fue la asistencia de D'Amboise y Weinstein al evento.
Hay mucho que elogiar del concierto, pero en aras de la brevedad destacaré los momentos que más me llamaron la atención, y fueron muchos.
En primer lugar, quiero destacar a Leilani Hendrix, que actuó como narradora del programa. Mostrando un aplomo y una seguridad notables, reflejó una madurez muy superior a la de su edad, al igual que el joven Darrel Watson, que recitó, respectivamente, "I, Too" y "The Dream Keeper", dos poemas de Langston Hughes cercanos a la apertura y el cierre del concierto. El solista Troy Thomas, Jr., que cantó "Minnie the Moocher", contribuyó al alto valor de entretenimiento del espectáculo.
Quiero destacar que, en algunos momentos, no podía creer lo que veían mis ojos, ya que los chicos, mostrando una disciplina y un control impresionantes, bailaban en total sincronía y ejecutando el tipo de combinaciones y formaciones habituales en la coreografía del teatro musical. También fue asombrosa su musicalidad, y muchos de los jóvenes bailarines transmitieron una personalidad boyante.
Con una coreografía que reflejaba grandes producciones de teatro musical, los bailarines brillaron en "The Big City", con música de Irving Berlin, George Gershwin y Duke Ellington, y en "The Cotton Club & The Nicholas Brothers", con Thomas Campbell y Jeremiah Bolden, que realizaron una fenomenal interpretación de los legendarios hermanos bailarines de claqué. Con la destacada Jasemine Bolden como "Inquilina" y Keegan Loye como "Poli", los chicos deleitaron a un público entusiasta en "Rent Party".
En lugar de un intermedio, la KDO organizó una subasta "Busca una necesidad", supervisada por el subastador Jay Cash. Los donantes mostraron tarjetas numeradas mientras en una gran pantalla sobre el escenario se proyectaban conmovedoras fotos de bailarines de la KDO tomadas por Jenny Danek. En menos de 20 minutos se recaudó la friolera de 29.000 dólares.
Lo más destacado de la segunda parte del concierto fue "Black Bottom", en la que participó el X-Team de la KDO, que también cautivó al público en "When the Saints Go Marching In". Absolutamente conmovedora fue "What a Wonderful World", con Karlee Rund & Phoebe Reese, acompañada de imágenes proyectadas que retrataban la diversidad racial de KDO, un componente clave de su misión.
Desde que asistí al concierto, he reflexionado profundamente sobre el posible impacto del acontecimiento en los niños que actuaron y sobre mi experiencia como espectador. Actuar con éxito y recibir el cariño y la adulación de un público que los adoraba, con muchos padres y familias presentes, debe de haber sido una experiencia que cambiará la vida de los niños de la KDO y que nunca olvidarán. En cuanto a su impacto en mí, ver expresarse a esos jóvenes inocentes, de rostro fresco y totalmente inocentes me hizo sentir optimista en cuanto a que, gracias a su pasión, compromiso y creatividad, ayudarán a hacer del mundo un lugar mejor que el que han heredado.A la elevada calidad del concierto, que fue la primera presentación producida profesionalmente por la KDO, se sumaron unos valores de producción de primera categoría, como demostraron el diseño de iluminación creado por Laura Glover, que hace magia con regularidad para Dance Kaleidoscope, el diseño de vestuario de Kathleen Egan y las contribuciones técnicas y de vídeo de Jeff Gooch, y los directores de producción Abraham Sheckels y Kelly Schmidt.
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